lunes, 17 de febrero de 2014

INICIACION AL TRAIL ( parte II )

Hace algo más de 15 días os dejé un articulo que encontré en un foro para iniciarse en el mundo del trail, pues bien, hoy os dejo una segunda parte muy interesante de dicho articulo.
En esta segunda parte tratamos el entrenamiento para el corredor de trail, tambien nos dan unos consejos, que siempre son muy buenos, para no pecar en hacer mal las cosas y así poder tener una transición de lo mas satisfactoria del asfalto a la montaña.

Con la proliferación de las carrera de montaña y otras pruebas outdoor, cada vez más gente se atreve con la montaña. Y, aunque al principio parezca que es como toda carrera, calzarse las zapatillas y echar a correr, hay mucho más que diferencia esta especialidad del atletismo puro. De hecho, muchos prueban una vez y su experiencia resulta fatal, por lo que se sienten decepcionados.

Paciencia. Como el rascar. Al igual que el comer, correr es como el rascar: todo es empezar. Y cualquier comienzo debe ser prudente, tranquilo. En primer lugar, podemos y debemos seguir compatibilizando nuestro deporte de origen con la montaña. Si venimos del asfalto, del alpinismo o del esquí de montaña, es bueno que hagamos una transición.

A diferencia del asfalto, la pista o el cross, correr en montaña se caracteriza por:
• Mayor movilidad y elasticidad articular en las piernas.
• Mayor habilidad corporal para manejarse en el terreno.
• Mayor y diferente trabajo de fuerza, tanto en los ascensos como en los descensos.
• Distinta estrategia y mentalidad a la hora de afrontar los recorridos, tanto entrenando como en competición.

Y obviamente a nadie se le ocurre jugar al golf con aletas de buceo, así que usar el material específico debe ser básico para iniciarnos correctamente. Aunque podría ser tema para un artículo entero, daré unas breves pinceladas, empezando por el calzado. Todas las marcas actuales, con mayor o menor fortuna, desarrollan calzado específico que nos debe ofrecer: más estabilidad (ya que el terreno es irregular), más tracción (una suela más fuerte y con mayor agarre), más refuerzo (para aguantar rozaduras y la fricción a la que se someten los pies) y mejor protección del pie.
Usad también ropa técnica que transpire, como la de atletismo, pero buscando una mayor protección solar, ya que en la montaña los rayos UVA son más dañinos, y contra el viento y/o lluvia, además de detalles como bolsillos que nos permitan llevar algún gel o las llaves simplemente. Y no olvidéis los complementos: mochila o riñonera portabidones, gorra, guantes, gafas de sol, linterna frontal, etc.

Preparándonos. Según lo que he expuesto, hay dos cosas que diferencian la preparación de un fondista de un corredor de montaña: la habilidad y la fuerza para movernos en un terreno irregular, y el ritmo o estrategia a la hora de afrontar el avance.

Para preparar el tono muscular, aconsejo hacer una sesión semanal de fuerza y dos en periodo preparatorio. Debemos hacer trabajos de fuerza aeróbica, no de fuerza máxima. Podemos hacer sesiones de musculación en sala dirigidas por un monitor, con poco peso y mínima recuperación y en todos los grupos musculares, pues en la montaña también los abdominales y brazos trabajan más. También son ideales los trabajos de series en cuesta, de entre 50 a 100 metros.

• Podemos mejorar nuestra habilidad con pequeños trucos. Cuando corras por la ciudad o un parque, trota encima de un bordillo, baja las escaleras corriendo, corretea por la hierba, juega buscando apoyos difíciles. De esta manera irás adap- tando tus tobillos y demás articulaciones a una mecánica distinta.

Para adaptarnos al ritmo empieza a correr en montaña en pistas forestales o caminos buenos, sin grandes desniveles. La orografía hace imposible establecer un ritmo constante y controlado como en el asfalto y las sensaciones pueden ser engañosas.

Como norma general, hasta controlar los ritmos, lo más aconsejable es empezar a correr en montaña muy suave; demasiado suave si cabe. No importa que nos parezca que perdemos el tiempo, estamos adaptándonos. Disfruta viendo el paisaje, percibiendo olores y sonidos o charlando con otro compañero. Afronta las cuestas con tranquilidad. Si puedes correr, adelante. Si no, pues andando, pero siempre a ritmo, sin tirones.
En los descensos, igualmente iremos fijándonos en los apoyos y no pasará nada si tenemos que andar en las zonas más técnicas, ya cogeremos habilidad. Iremos viendo cómo debemos llevar el ritmo en las subidas y en las bajadas, y cómo no debemos acelerarnos en los llanos.

Entrenamientos específicos. Con los primeros consejos vamos a ir introduciéndonos en el mundo de la montaña poco a poco. Es importante saber que la base del entrenamiento para un corredor de montaña es la misma que la de un maratoniano. La diferencia es que algunas de las sesiones deben ser de trabajo específico de montaña. Hay que dejar claro que no es necesario entrenar siempre en montaña.
La montaña también nos deja más ‘lentos’ y hay que hacer entrenamiento en pista o en llano que nos de capacidad pulmonar para ir rápido y velocidad en las piernas. Los entrenamientos específicos irán dirigidos a mejorar la resistencia en subi- da y la habilidad en el terreno.

Las sesiones más comunes en montaña debe ser estas:

• Carrera continua. El objetivo de esta sesión es acumular kilómetros en te rreno específico, por lo tanto el ritmo debe ser suave, y adaptarse y mantener la habilidad para avanzar sobre terreno técnico. Las sesiones más largas de carrera continua no deben sobrepasar las dos horas; el cuerpo no lo asimila y sólo acumulamos cansancio. Si queremos hacer un entrenamiento más largo, entonces debemos alternar la carrera y caminar, el famoso “caco”.

• Técnica. La técnica, la habilidad, se utiliza sobre todo en las bajadas, logrando incluso, si uno es bueno, grandes diferencias de tiempo con los rivales. Aparte de un buen tono muscular, se puede trabajar sobre el terreno. Primero corriendo por caminos complicados, al principio despacio y luego con pequeños acelerones. Si las bajadas son muy largas, alternar la carrera con tramos a pequeños saltos ayuda a mejorar.

• Series o cambios. Sesiones de calidad como series en subida, fartlek o ritmo largo controlado. Al ser un trabajo específico, deben hacerse en terreno bueno, es decir, que trabajemos sólo cardiovascularmente y no la técnica sobre el terreno.

• Trabajo físico. Como hemos dicho, es importante, no sólo para iniciarse, sino durante toda la temporada.

• Entrenamiento en altura. Dependiendo del objetivo que busquemos, a veces hay que valorar el entrenamiento en altura, no sólo por sus beneficios orgánicos, sino porque en zonas de gran altitud, por encima de los 2.500 metros, nuestros pulmones captan menos oxígeno. La manera más fácil es hacer una sesión de carrera continua a la semana en esa altitud. No es lo más efectivo, pero ayuda. También podemos utilizar la cámara o mascarillas de hipoxia que tan de moda se están poniendo.


ENTRENAMIENTO

Objetivos. Sabemos cómo empezar, qué entrenamientos hacer. Ahora nos falta marcarnos unos objetivos con los que organizar y planificar la temporada. Deben ser objetivos relativamente ambiciosos pero realistas. Os aconsejo que os dejéis ayudar por un entrenador, que para eso estudian y se preparan, y así organizar correctamente los entrenamientos y las cargas.
En toda temporada debemos tener:

- Un periodo preparatorio básico en los que predomina el trabajo físico y la carrera continua. Es la base de la temporada y debe durar unas 8 semanas.

- Después un periodo de transición donde ya combinamos algunas sesiones de calidad con el trabajo físico. - Próximos a la competición, unas 6 a 8 semanas antes, haremos el periodo específico de entrenamiento.

- Y luego, por supuesto, la recuperación, que es parte del entrenamiento. Mínimo 15 días si la competición ha sido al máximo. La montaña nos da juego para no dejarla de lado, caminar u otra actividad suave nos reconfortará y recuperará.

Primeras semanas. Las primeras semanas de entrenamiento en montaña deben ser, como hemos dicho, progresivas. Poco a poco olvidamos la ciudad. La primera semana intentaremos no tocar el asfalto, hacer todos los entrenamientos por tierra. Elegiremos uno o dos días de rodaje en el monte más cercano sin mayor pretensión que correr por alguna pista o camino bien trazado, coger algo de altura y hacer desniveles suaves. Entonces llegarán nuestra primeras agujetas.

La segunda semana asentaremos dos días de montaña, pero ahora buscaremos caminos más técnicos, con mayores dificultades y desniveles. Uno de los dos días haremos un trabajo más largo con desniveles, es decir, más de media hora subiendo constantemente. En la otra sesión buscaremos ya un poco de dificultad en el terreno para ir probando nuestras habilidades, pero despacio, sin prisas.

Ya en la tercera y cuarta semana haremos lo mismo que en la anterior pero con mayores dificultades, algún terreno más complicado y algún pequeño cambio de ritmo (sin cronometrar, sólo como un juego). Luego podemos volver a iniciar el ciclo, por desconectar un poco y descansar, hasta llegar a la adaptación total. Con paciencia y siguiendo estos consejos, al final de temporada seréis otros. Ya lo veréis.

Nueve claves para correr en montaña.

1.- Date tiempo. Todo corredor que empieza, venga del deporte que venga, debe saber que la paciencia es fundamental para la buena adaptación. Hay que adaptarse al medio y hay quien lo hace en seguida, pero la mayoría no.

2.- Desconectar. Si vamos a la montaña a correr, debemos desconectar del crono, de los entrenamientos al segundo y de las distanciasmedidas. La progresión no se mide en segundos necesariamente.

3.- Subidas. En los ascensos hay que valorar si, a igual esfuerzo, se avanza más corriendo o andando. Eso sí, tampoco conviene viciarse mucho a andar. Con el tiempo debemos correr con cierta facilidad donde al principio no podíamos. Es cuestión de psicología.

4.- Bajadas. El tono muscular es clave también en las bajadas, primero porque nos hace ir más seguros de nuestros apoyos, y segundo porque nos permite apoyos ágiles o rectificar rápido ante cualquier tropezón o error.

5.- Modo ahorro de energía. Corriendo por montaña cualquier ahorro de energía para lo que vendrá más adelante es importantísimo. En los tramos llanos hay que aprender a no forzar demasiado, a correr relajado. Está comprobadísimo que, los que se aceleran, luego se desfondan o pinchan. No os dejéis llevar por los demás. Sigue tu ritmo.

6.- Comer y beber. La recuperación energética es básica. Tanto en competición en los avituallamientos como en los entrenos, hay que comer y beber. El desgaste es mayor y son muchas horas en condiciones normalmente diferentes a nuestro hábitat normal: altitud, frío, viento, sol o lluvia, etc.

7.- Psicología. La serenidad es una pieza clave en el trail running. Y la cabeza lo puede casi todo, incluso recuperarte de una pájara y seguir. Esto es relativamente habitual. Acostúmbrate a hacer tiradas largas totalmente solo (con agua, comida y un teléfono). En competición distrae tu mente: disfruta del paisaje, piensa en los planes de mañana, etc.

8.- Material. Si el mercado ofrece material específico para correr en montaña, probado y desarrollado por corredores, no lo ignores. Te ayudará a mejorar, a sentirte cómodo. Calzado, ropa, complementos..., a la larga te harán sentirte mejor.

9.- Disfruta. Sobre todo, esto. No corremos por montaña por obligación así que disfruta. Observa el paisaje, contempla el horizonte, descubre gentes, vive las costumbres, huele las montañas. Y recuerda lo que siempre digo: el 99,8% de la población mundial ni siquiera acabaría una sola de las carreras que tú has logrado terminar.

Información obtenida del foro Trail Running,  escrito por uno de sus administradores,  José. http://trailrunning.es/general/consejos-iniciacion-trail-running/